Tomás Ángel Piñataro, nació en Navas de La Asunción, un pueblo de Segovia, el 1.943 del seno de una familia de la época. Su padre se desplazaba de pueblo en pueblo con un carro tirado por una yegua para hacer de hojalatero. Conforme avanzaban los años y el agua se introducía en las viviendas, reparaba también las averías correspondientes por lo que puede decirse que hacía también de fontanero.
Cuando Tomás Ángel cumplió los ocho años
tuvo que dejar la escuela para acompañar a su padre y, al tiempo que le ayudaba, aprender el oficio.
tuvo que dejar la escuela para acompañar a su padre y, al tiempo que le ayudaba, aprender el oficio.
Cuando cumplió los catorce años su padre decidió que le había llegado la hora de trabajar solo y, para desplazarse, le compró una motocicleta Guzzi.
La nueva situación le seguía impidiendo asistir la escuela, aunque después del trabajo, asistía a la escuela nocturna.
Aquella situación siguió hasta los 18 años en que decidió marcharse a trabajar a Francia con un contrato por tres meses.
Aquella situación siguió hasta los 18 años en que decidió marcharse a trabajar a Francia con un contrato por tres meses.
Al vencimiento del contrato pasó por Barcelona donde enseguida comenzó a trabajar en el oficio de fontanero.
El trabajo marchaba bien pero, aunque se hospedaba en casa de unos familiares, le faltaba su proia familia y una novia que también estaba en el pueblo.
Por ese motivo y por facilitar la mejora de vida de sus padres y hermanos, con los ahorros que había conseguido, alquiló una vivienda a la que se incorporaron ellos.
A los 20 años regresó al pueblo para incorporarse al Servicio Militar Obligatorio que lo realizó en Valladolid.
Cuando cumplido el servicio a la Patria, volvió a Barcelona y se reincorporó al trabajo.
En la gran Ciudad tenía su familia pero le faltaba la novia que seguía en el pueblo, por lo que ella terminó por venirse también a Barcelona.
El noviazgo terminó formando una nueva familia, de cuya unión nacieron dos hijos y de ellos dos nietos que les hacen muy felices.
Su afición por la poesía le viene de familia, a quienes llamaban los "Patalones", pues su madre escribía siempre que podía, y él también pero sin intención de publicar.
Uno de los día hablando con Juan Mellado, uno de sus vecinos en Barcelona, se enteró que era presidente de una tertulia de poesía y lo invitó a participar (se trataba de la Tertulia Constancia) y desde las primeras visitas se encontró bien y le aumentaron los deseos de escribir y recitar. Y no solo eso sino que repasó cuantos escritos tenía guardados para volverlos a leer. A partir de aquellos días siguió asistiendo a la tertulia hasta conseguir la publicación de un libro de poesía llamado:
"CORAZÓN ABIERTO"
A continuación copiamos unas poesías, que pueden servir de muestra al lector, para entender a Tomás Ángel Piñataro y su poesía.
MI IDENTIDAD, MIS ORÍGENES
Nací en los años cuarenta
en Navas de la Asunción,
un pueblo muy segoviano
de la Castilla Mayor,
que antes decían la vieja
y ahora le dicen León.
Allí pasé mi niñez
y la mejor juventud,
allí conocí a mi esposa
que es la madre de mis hijos,
que nos han dado dos nietos
que es nuestro mayor delirio.
A los diecinueve años
emigré a Cataluña
y en ella me he jubilado
después de larga andadura.
En Barcelona, ciudad
he realizado mi vida,
en ella he trabajado,
me he casado y dado vidas,
con dos hijos muy queridos
y dos nietos son mi dicha.
Aquí enterré a mis padres,
mis tíos, y algún amigo,
aquí tengo mis hermanos,
y un buen puñado de primos,
por todo, yo a Cataluña,
la estoy muy agradecido.
rodeado de los míos,
y espero que sea tarde
aunque después de lo dicho,
cuando me llegue la hora
yo puedo morir tranquilo,
pues la conciencia la tengo
lo mismo que el trigo limpio.
CONCLUSIÓN
En Castilla yo nací
y no me quieren allí;
en Cataluña me dicen
soy Catalán de adopción,
y yo a veces me pregunto:
¿de donde leñe soy yo?
Yo no me siento poeta
ni tampoco trovador,
solo me gustan las frases
rimarlas por afición,
que me vine de la saga
del apodo "Patalón".
Tomás Ángel Piñataro
COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Nací en Castilla la Vieja
que ahora es Castilla-León
separándonos de Santander y el mar
de Logroño y el porrón,
aunque Zamora y Salamanca
las ganamos con León.
A esa Castilla la Viejaque ahora es Castilla-León
quiero darle un homenaje
y hacerla sentir mejor,
devolviéndole unas hijas
que las parió con dolor
Porque a Santander y Logroño
como a Burgos, Soria, Segovia,
Ávila, Valladolid y Palencia,
con León, Zamora y Salamanca,
las tengo tanto cariño
que las siento castellanas.
Y es que las comunidades
para los ya, muy mayores
nos cuesta mucho entenderlas
porque nos dan sinsabores,
acarreando las mismas
gran despilfarro y derroche.
Tomás Ángel Piñataro
DEJA QUE HABLE EL CORAZÓN
Cuando habla el corazón
deben de callar los labios,
porque el corazón expresa
bondad hasta en los malvados.
Cuando siente el corazón
y las palabras maltratan,
se le crea una coraza
que no entra ni sale nada.
Solo un beso con silencio
rompería esa coraza,
y el corazón dolorido
latiría con más ganas.
Y es que una caricia a tiempo,
da mucha más calor que el sol,
pero un beso apasionado
seguro... da más calor.
Cuantas verdades, cuantas mentiras,
contiene un beso;
cuántos suspiros, cuántos silencios,
cuántos olvidos, cuántos recuerdos,
cuántas sensaciones tenemos
en un solitario y silencioso beso.
Tomás Ángel Piñataro
A MIS HERMANOS
Nuestros padres con esfuerzo
a cuatro hijos criaron,
y por ser el primogénito,
también me he sacrificado.
Con algún que otro problema
nos sacaron adelante,
y yo, como hijo mayor,
el sacrificio más grande.
El año sesenta y cuatro
os traje yo, a Barcelona
y todos, junto a los padres
vinimos en buena hora.
Toda mi fortuna, os di,
como buen hijo y hermano,
dinero, trabajo, respeto y amor,
sin pediros nada a cambio.
Transcurrieron varios años,
y salvo alguna dificultad,
vivimos todos unidos
en el hogar familiar.
Nos fuimos emancipando,
para vivir nuestra vida,
y nuestro padre murió
y aquí empezó la agonía.
Tengo un hermano en Gerona
y otro tengo en Montmeló,
una hermana en Tarragona
y en Barcelona estoy yo.
Fernando que es el pequeño,
ya tiene cuarenta y seis,
y yo, que soy el mayor,
cumplo los sesenta y seis.
Goza sesenta y un años
Quique, que en pos de mi va;
y mi hermana Mª Elena,
cincuenta y seis tiene ya.
Los cuatro vivimos, todos
relativamente cerca,
pero tardamos en vernos
por circunstancias diversas.
Apenas hace dos años,
nuestra madre falleció
y desde entonces, hermanos,
la agonía fue mayor.
Seguro que nuestros padres,
que tanto nos han querido,
donde estén están llorando
por vernos tan desunidos.
Yo, que soy sentimental,
y que a Barcelona os traje,
me está dando mucha pena,
porque nos falta coraje.
Coraje para el recuerdo,
coraje para el olvido,
coraje para ponernos
cada uno en nuestro sitio.
Con estas rimas hermanos,
quiero deciros que os quiero
y os pido de corazón
que vivamos el recuerdo.
Soy vuestro hermano mayor
y os ruego que respetemos
lo que hicieron nuestros padres
y vuestro hermano en silencio.
Tomás Ángel Piñataro
CANCIONES DE MI NIÑEZ
Yo tendría 10 y 12 años cuando recorríamos estos 25 pueblos, con una caballería y un carro, con mi padre que fue quien me la enseñó, cantándola en las largas caminatas, de pueblo en pueblo, y de posada en posada, ofreciendo nuestros servicios de hojalatería, vidriería y fontanería.
25 PUEBLECILLOS
Siéntate y te cantaremos
25 pueblecillos,
empezando en Pucela
y termina en el Carracillo.
Valladolid galopina,
en Laguna raterillos,
alguaciles en Mojados,
panaderos en Buecillo,
en el Arrabal los ajos
los guisan con tocino,
Santiaguillo los espárragos.
San Miguel los piojos gordos,
San Cristobal y Vallelado,
no tienen que decir nada,
pues para ir a Mejeces
hay que pasar por la Mata,
en la Mata fanfarrones
que no tienen más que trampas,
en Cogeces el buen vino,
en Mejeces el buen agua,
en Iscar la buena piña
que en Pedrajas la ronchaban;
vámomos a Villaverde
a beber la tericiana;
en Fuente El Olmo el piñón,
en Navas de Oro la tabla,
en Coca los peguerillos,
los borrachos en la Nava,
en Santiuste los melones,
en Bernuy las calabazas,
en Montejo valentones
los tiradores de barras,
en Don Yerro esta el buen hierro
porque allí se fabricaba,
en Chañe las buenas mozas,
que en el campo las aguardan;
adiós ciudad de Remondo
que de ti no me acordaba,
que en el tiempo de melones
salen las chicas preñadas.
Tomás Ángel Piñataro
LA FIESTA DE LAPAZ
Ayer desperté soñando
algo que no olvidaré,
yo vi una estrella saltando
y a otra estrella correr;
las dos estaban contentas,
no eran dos, que eran diez,
eran veinte eran cien...
el cielo entero tal vez.
Estaban todas alegres,mas no sabía por qué,
y... después de contemplarlas
dando saltos por doquier,
entre tanta algarabía
a una de ellas pregunté:
¿qué celebráis en el cielo?
¿Por qué saltáis, di por qué?
¿Por qué brilláis más que nunca,
decidme, por qué, por qué?
Y la estrella sonriente
y in dejar de saltar,
respondiendo a mi pregunta,
me dijo sin vacilar:
Celebramos una fiesta,
la Gran Fiesta de la Paz,
en el mundo ya no hay luchas,
las gentes sonríen ya,
y los hombres no se matan,
ya no hay guerras, si no Paz;
por eso estamos contentas,
por eso brillamos más.
Y... sin dejar de mirarme,
con su cara angelical,
cogiéndome de su mano,
también empecé a saltar.
Ayer desperté soñando
algo que no olvidaré.
¡¡Qué pena que fuera un sueño,
aquello que yo soñé!!
Tomás Ángel Piñataro
MIEDOS
Camino de Bernardos fui
y por el mismo yo vuelvo
al ir monté en bicicletapero al volver ya no puedo.
Dos sacos traigo en la bici
de leña, piña y piñotes,
me mandaron a buscarlos
al pinar... Los Pericotes.
De vuelta muy tarde
con la carga vuelvo,
y mientras camino
pienso que te pienso.
Pienso en la merienda
que mi madre ha puesto,
la achicoria con leche
que me alegró el cuerpo.
Y pienso en los vivos
también en los muertos;
los muertos son muertos,
los vivos dan miedo.
pausado y sereno,
regreso a mi pueblo
la tarde se apaga,
se está oscureciendo.
La luna saliendo
por entre los cerros,
aligero el paso
con mucho recelo.
La noche se cierne
cubriendo mi cuerpo,
las luces diviso
allá, a lo lejos.
El búho que canta
sobre el cementerio,
no temo a los muertos
el paso aligero.
Murciélagos pasan
chillando en su celo,
me asusta la noche
de vampiros negros.
Llego a la capilla
al pasar, yo rezo,
cerca están las luces
voy llegando al pueblo.
Ya estoy en las vías
del tren de mi pueblo,
los palos bajados
pero yo me cuelo.
El cemento piso
con mi gran contento,
ya llego a mi casa,
ya no tengo miedo.
Descargo los sacos
en mi último esfuerzo,
estoy muy cansado
me acuesto y me duermo.
Tomás Ángel Piñataro
IMPRESIONES
Hace ya bastantes años
que yo me sentía alguien
ahora que el tiempo ha pasado
resulta que no soy nadie.
Y es que me siento anulado
de todo cuanto acontece,
porque si digo que rojo
siempre me dicen que verde.
Todo el mundo siempre ha ido
a sacarme bien el jugo,
y ahora que me queda poco
ya no me escucha ninguno.
El jugo que a mi me queda
me lo siguen exprimiendo,
y cuando digo que no
soy un egoísta terco.
A veces me siento mal
cuando quiero esto o aquello,
porque siempre me desmontan
mis principios y criterios.
Y es que nunca mejor dicho
que entre hijos y su madre,
como ellos se lo proponga
hacen la pascua al padre.
A mi eso me está pasando
desde hace varios años,
mis hijos se han hecho grandes
y junto ami esposa... sabios.
Antes todos los problemas
me enteraba yo el primero
y ahora dicen que me han dicho...
de la mitad, ni me entero.
Que te estás quedando sordo
que te vas haciendo viejo,
es lo que siempre reprochan
cuando yo no estoy de acuerdo.
Y yo pienso, ¡Menos mal!,
que aún no dependo de ellos,
porque el día, que así sea
entones, no quiero verlo.
Gracias a Dios todavía
les ayudo en lo que puedo,
pero cada vez me cuesta
mucho más tiempo y esfuerzo.
Con este mi parecer
puedo estar equivocado,
cuando la moral está baja
uno piensa demasiado.
Aunque esta es mi impresión
siempre seré un poco primo,
haciendo lo que dispongan
mis nietos, esposa e hijos...
Tomás Ángel Piñataro
DUERME DAMA
Sobre una ancha cama,
tendida, sola y sosegada,
sin conciencia de la vida
duerme mi querida dama.
Tiene un sueño tan profundo
que ha liberado su alma,
¡duerme!, mientras yo te miro
a la vera de la cama.
Amada de carnes blancas,
desnuda, todo lo embriagas,
con tu presencia perfumas
toda nuestra humilde estancia.
Sigo... mirando tu cuerpo
pensando donde vaga tu alma,
y mis ansias se desbocan
amada de carnes blancas.
Pienso que cuando tú quieras...
juntaremos cuerpo y alma.
¡ Duerme! y al volver a la vida
con el alba en la mañana,
que alguien a mi me pregunte
qué siento con solo mirarla.
¡Duerme!, y cuando despiertes...
seguiré junto a tu cama.
Tomás Ángel Piñataro
EL PUEBLO
En este pueblo señores
(digo verdad y no miento)
hay una hojalatería
dentro del Ayuntamiento.
Y se fabrican faroles
embudos y tapaderas,
y sobrando materiales
medidas y coladeras.
Para colmo en este pueblo
hay un reloj en la torre,
que da las horas completas
las medias y cuarterones.
Las horas las da pa el pueblo,
las medias pa forasteros,
y los cuartos, ¡hay los cuartos!
todos pa el Ayuntamiento.
Al entrar en este pueblo
lo primero que se ve,
son las ventanas abiertas
y las camas sin hacer.
Porque todos en el pueblo
están siempre muy ocupados,
los hombres a sus tareas,
las mujeres fabulando.
Y todo el Ayuntamiento
fabricando y amañando,
pero con gentes humildes
aguantando y acatando..
Y en este pueblo que digo
después de pasar el tiempo,
sigue la hojalatería
dentro del Ayuntamiento.
TomásÁngel Piñataro
MIEDO EN LA U.C.I.
Tengo miedo... mucho miedo,
mejor dicho casi pánico
a que mis intentos por respirar
sean estériles y vanos
A dormirme y no despertar,
no quiero cerrar los ojos
y quedar a su merced
con la inconsciencia a su antojo.
Pienso que ella está aquí
paseando entre las camas,
separadas por tabiques,
esperando a ver que falla.
Ayer la sentí junto a mí,
vino para amedrentarme,
a que conociera su dominio
pero no venía a llevarme.
No veo a nadie y se que hay más,
por el ruído de otras máquinas
que nos mantienen con vida
como un clamor de campanas.
Yo no sé cuantos seremos
pero justo al lado izquierdo
está el enfermo Domingo
que a ciertas horas lo siento.
Al quien se acerca a su cama
y le pregunta con celo:
¿Domingo, sientes dolor?,
pero solo oigo lamentos.
Yo no sé lo que contesta
y nunca lo conoceré
pero él se ha convertido
en la cordura de mi ser.
Hace un rato ha regresado,
no sé con quien se ha cebado
pero presiento que viene
a por su trofeo macabro.
Oigo pasos agitados
y ruídos como ahogados,
una camilla alejarse
y en Domingo yo he pensado
No pudo plantarle cara
desde su lacerante inmovilidad
quizá regreses a por más, a por mí,
imponiendo su macabra autoridad.
vuelvo a estar aterrorizado
pero al momento alguien habla
muy bajito al otro lado.
Concentro toda mi atención
y consigo oír lo que hablan,
un bálsamo para mi cuerpo
recuperando la calma.
El regreso la esperanza
me ha devuelto en mi clamor
al escuchar nuevamente:
¿Domingo, sientes dolor?
Tomás Ángel Piñataro
ResponderEliminarUn aplauso a Castilla-León con tres representantes.
Luis Arranz
Tomás , hoy he estado contigo y tu familia por medio de tus poesías Me han gustado , no podía ser de otra manera .Para tí y los tuyos un abrazo de Dorita .
ResponderEliminarTomás , hoy he estado contigo y tu familia por medio de tus poesías . Me han gustado , no podía ser de otra manera . Para tí y los tuyos un abrazo de Dorita .
ResponderEliminar¡ay Tomás !que somos paisanos y me has hecho recordar recorriendo las Castillas palmo a palmo y luego todas las autonomías que fué , de veras un no parar , con mi marido al que no puedo olvidar . para tí y toda tu familia os deseo lo mejor . Saludos .Dorita .
ResponderEliminar¿ has conocido San Cristóbal de la Vega ?Allí pasé con mi abuela algunos veranos . Gracias: tu poesía de -25- pueblecillos y autonomías ...les sacas partido a todo . Sigue escribiendo .Un abrazo
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