lunes, 21 de marzo de 2016

POESÍA DE JUAN MELLADO HERNÁNDEZ





Juan Mellado Hernández nació en San Muñoz (Salamanca) en 1948. Allí vivió hasta los 12 años que ingresó en el Internado que los Hermanos de La Salle tenían en Tejares, un pueblo también de la provincia Charra. Hoy es un barrio de Salamanca.

San Muñoz

Siempre fue aficionado a la poesía, apenas sabía leer y ya se aprendía los poemas de Gabriel y Galán que se los recitaba a su madre. En segundo de bachillerato, creció su afición a la poesía al aprender a rimar. Fue un alumno excelente en esta materia, en las demás asignaturas, del montón.

Desde entonces no dejó de escribir, sobre todo en épocas señaladas: el Servicio Militar, dedicatorias en  bodas, bautizos,  despedidas, sobre todo en Telefónica de Barcelona, donde trabajó más de 30 años y donde reside actualmente. 

Se casó en el 76 y fruto de su matrimonio es el único hijo que tiene, él y su esposa contribuyen a su felicidad, y son los protagonistas de numerosos poemas que les dedica con amor. El 2003 comenzó a formar parte de la Tertulia Poética Constancia, trampolín para la fundación de la asociación Pluma de Escritores Asociados, de la que es el presidente. Aquí ha ayudado a muchas personas en la publicación de sus libros, tanto en su corrección como en su diseño.

Su poesía es sencilla, bien medida y rimada. Se compone de toda clase de estrofas, donde no faltan pareados, tercetos, cuartetos, sonetos, octavas, décimas, etc. Unos versos cadenciosos, musicales, fáciles de leer y agradables de escuchar.
Ha publicado dos libros de poesía:
CORAZÓN ADENTRO
y
EN VERSO DIGO AL PAN PAN Y AL VINO, VINO.

Portada de uno de sus libros

El primero es más personal, donde dedica sus escritos a la familia, paisanos, amigos, compañeros ect. El segundo es un tratado sobre los refranes y frases populares, donde explica su significado interpretándolo de una manera jocosa y pícara. Así como en juego de palabras  donde discrepa con la Gramática de forma simpática.
Para muestra unos cuantos botones:


Contraportada del otro de sus libros 





A SORIA MI CANTO

Cuando Machado murió
enmudecieron los campos,
se vistió de luto Soria,
entristecieron los álamos;
el perfil de las colinas
dio rienda suelta a su llanto
y lágrimas de resina
todos los pinos lloraron.


Los valles antes risueños,
luego de espanto anegados;
se desmoronó del todo
aquel olmo centenario
y el vaivén de las espigas
vio entorpecido su ánimo
paralizada su danza…
porque feneció Machado.

Yo soy un fiel salmantino,
vosotros dignos sorianos;
yo de las tierras de Tormes,
vosotros del Duero manso
e igual que los dos se juntan
en un idílico abrazo,
con franqueza y sentimiento
estrechamos nuestras manos.

Arribasteis desde Soria
y yo desde el Campo Charro…
los mismos nobles motivos
nos hacen sentir hermanos.
Desde el pino más añejo
al benjamín de los álamos
me dieron sombra, frescura
y sosiego exagerado.


Preso de un ansia vehemente,
cautivo de sus encantos
me aposenté en vuestras viñas
y entre racimos y pámpanos
la paz y serenidad
totalmente me he embriagado,
de aquellas rancias bodegas
un grato recuerdo guardo,
por el sabor de sus vinos
(profundamente admirados
desde todos los confines)
van suspirando mis labios…
el blanco me conforta
pero del tinto me empacho.




¡Oh! Cuánta hospitalidad
en estos lares he hallado…
aunque soy un salmantino
y vosotros sois sorianos,
en estas tierras lejanas
somos lo mismo que hermanos.


¿Qué puedo decir de Soria
que no haya dicho Machado?
Mas quiero con su licencia
mis cantares dedicaros
y que este noble lugar
siga versos repicando
y sigan rumiando coplas
los surcos de amenos campos.

Yo quiero que al Olmo Seco
le vuelvan a salir tallos
y que tornen a reí
esos pinos alineados,
que las praderas entonen
 otra vez sus bellos cantos
y las espigas se muevan
meciendo fecundo grano,
mientras las colinas cobran
el terso perfil de antaño.
Aunque yo soy salmantino
y vosotros sois sorianos…
en la afable Barcelona
somos lo mismo que hermanos.
Juan Mellado Hernández





DESALIENTO

Soy un alma en pena,
un bicho viviente,
soy un reincidente,
un calamidad.

Yo quiero morirme
mas como no tengo
dónde caerme muerto,
tendré que esperar.

Voy buscando un sitio
dónde recostarme
hasta que me llamen al
Juicio Final.

Vuestras carcajadas
no quiebren mi llanto,
dejad vuestros cantos
para el carnaval.

Que en mi honor no quiero
doblen las campanas,
gravadme en la caja
tres letras y en paz.

Al gris cementerio
llevadme temprano,
los viles gusanos
esperando están.

Y sin más preámbulos
metedme en el nicho,
que para los bichos
seré un buen manjar.

No quiero responsos,
no quiero lloronas,
plañideras bobas
con luto infernal.

No le deis al cura
ni un duro siquiera,
gastároslo en juergas
en el primer bar.

Y en sublime orgía
deudos y vecinos,
con vasos de vino
por mi fin brindar.

Pero reservadme
unos buenos tragos
para saborearlos
en la eternidad.
Juan Mellado Hernández



A SOLAS CON MIS RECUERDOS

Dejadme conmigo a solas
que ha tiempo que no me encuentro;
dejadme tranquilo, os pido,
sólo con mis sentimientos.
No perturbéis esa paz
que a saborear empiezo
y con la cual cada día
me siento más satisfecho.
Quiero fundir plenamente
mis ansias con mis anhelos,
mi mente con mis ideas,
mi corazón con mi pecho.
Recuperar el diálogo
que no practico hace tiempo
para escuchar cuando me hablo,
para escucharme muy atento
evadiéndome de todo
que a mis vivencias sea ajeno,
de todo lo que en mi ser
no encontró un genuino lecho.
Dejadme a solas conmigo,
sólo con mis sentimientos.
No interrumpáis bruscamente
el magnífico concierto
que entre mi persona y yo
configura un bello juego.
Las voces que otros profieren
manténganse lejos, lejos
para que no deterioren
el espléndido silencio
de este místico contorno
que circunda mis recuerdos.
Juan Mellado Hernández





EL DILEMA DE LA B Y LA V

Si tú el VELLO te depilas
para parecer más BELLO,
ten presente que la V
debes colocar primero.
Equívocos no provoques
al usar el lapicero,
confundiendo la BELLEZA
con un incipiente pelo.

Una BACA de automóvil
en un prado vi pastando
porque con una B baja
la escribió algún despistado.
¿Acaso alguien se imagina,
de un coche en todo lo alto
a una VACA y a su dueño
a cien por hora ordeñando?


La Naturaleza es SABIA,
concede a las plantas vida
que por medio de la SAVIA
se van manteniendo erguidas.
Por eso, no le inyectemos
SABER a la siempre viva
pues a pesar de su nombre
sin V se moriría.

Me calcé unos buenos BOTOS
y me dirigí a la iglesia,
a la Virgen le hice VOTOS
de humildad y de obediencia.
No quiero ver a María
por equivocar dos letras,
con un calzado tan tosco
en sus delicadas piernas.

Con un TUBO en forma de V
un sifón a alguien vi hacer,
mas TUVO que reinstalarlo
pues lo  colocó al revés.
Como si una tubería
fuera del verbo tener
el TUVO del mismo verbo
lo instaló en forma de B,
Juan Mellado Hernández





AUTO REPROCHE

Perdón, Barcelona augusta
por mi imperdonable olvido…
tanto como tú me has dado,
tanto como yo te admiro.
Con inusitado gozo
y extremado regocijo,
premeditado a conciencia,
igual que gotas de cirio
versos en pos de otros versos,
un poemario he concebido.
Las páginas bailan dóciles
entre yemas y entre atisbos
al vaivén de los requiebros
y de amorosos suspiros,
al mismo compás de halagos
terrenales y divinos.


¿Dónde estabas con tus Ramblas
llenas de flores y mitos,
plenas de excelso perfume
y de incomparables trinos?
¿Y tu perpetua belleza,
que no aflora en mis escritos?
¿Dónde la suntuosidad
del Tibidabo magnífico
que asciende majestuoso
hasta rozar lo infinito.

¿Y la esencia de tus gentes
que cual espejo genuino
es donde cada mañana
con tenacidad me miro?
el embrujo de Montjuit,
en mi memoria perdido,
tan mágico y tan sublime
no puede haber otro sitio.

Y la Sagrada Familia
atrapada por los guiños
de admiradores incrédulos
al ver su talle larguísimo.
Ante inmaculadas torres
Con asombro y fe me inclino.




De la Plaza Cataluña
La algarabía y delirio,
Ni sutilmente siquiera
En pulcra rima musito.
De la catedral divina
también me olvidé, ¡Dios mío!
tan colosal, tan altiva…
y humilde al hablar contigo.
La Fuente de Canaletas
donde con ansia he bebido
a sorbos gratificantes
tragos que me han redimido;
hoy son lágrimas que anegan
mis homogéneos carrillos
y tercas van empapando
el papel mientras escribo.




En el Parque Güell, sin pausa
de su arte me he nutrido
y de su inmensa grandeza
se saciaron mis sentidos;
en presencia de Gaudí
sin recelo me arrodillo.

No caben tus monumentos
en las páginas de un libro;
pero ello no es una excusa,
no justifica mi olvido.
Soy para honrarte, mediocre
y para ensalzarte, indigno;
mas, para decirte en verso
cuánto te quiero y te ansío…
no necesito ser docto
ni prestigioso erudito.

Barcelona, en este poema
indulgencia te suplico
y a la vez te manifiesto
que gracias a ti, espiro.
En  la vida y en la muerte,
sé tú, mi espléndido nicho.
Juan  Mellado Hernández




CUANDO VIAJO EN EL METRO

Cuando en el metro viajo
me agrada escribir poesía;
a la vez que mato el rato
doy muerte a las penas mías.

Instigado por los versos
a mi mente le pongo alas;
¡qué diminuto es el tiempo
entre parada y parada!

Voy contemplando los rostros
de heterogéneos viajeros
e interpretando a mi modo
sus dudas y devaneos.

¿Qué estará pensando aquel
asido a la barra fría,
apretujado y de pie
con la mirada perdida?

Le espera un trabajo intenso
y mil broncas de su jefe…
de su casa al blando lecho
le dan ganas de volverse.


Y aquellas ¿qué pensará
en duro asiento sentada?
tanto y tanto madrugar
 su esposo aún en la cama.

Tal vez trabaja en un banco,
quizá fregando escaleras…
acaso cuida un anciano
o lleva un niño a la escuela.

Si alguna mañana de estas
vuelvo a verla, por ventura,
haré ciertas diligencias
y dispararé mis dudas.

Las asiduas pedigüeñas
aún no se han levantado…
duermen con la mano abierta
y con el brazo estirado.

Al transcurrir de las horas
invadirán los vagones;
a voces piden limosna
y dan las gracias a voces.

Ya son cerca de las tres
Y otra vez al hondo túnel…
Seguro que mi mujer
Ya está colocando el hule.

Me subo de nuevo al tren;
si tengo suerte me siento,
saco un retal de papel
y me pongo a escribir versos.

Cuando viajo en el metro
me gusta escribir poesía,
a veces voy tan inmerso
que hasta bajar se me olvida.

Mas cuando llego al final
me percato de que existo,
volviendo a la realidad
guardo el bolo en el bolsillo.

Y cuando a mi casa llego
están las lentejas frías;
la culpa la tiene el metro
y la bendita poesía.
Juan Mellado Hernández.




ATAR LOS PERROS CON 
LONGANIZAS

Esta expresión popular
Se usa con cierta ironía
Cuando un nivel económico
Se exagera en demasía,
O cuando alguna persona
Compra o gasta sin medida.

El origen del modismo
(que en estos verso se explica)
viene de un hecho simpático
que hace tiempo sucedía
en Candelario, hermosa
localidad salmantina.

Allí, Constantino Rico
una fábrica tenía
de embutidos, los mejores
de esta singular provincia.



Una de sus empleadas,
según cuentan, un buen día,
para que un hambriento perro
no entrara en la factoría,
decidió amarrarlo a un poste
que junto a la puerta había;
al no tener para atarlo
ni una simple cuerda o cinta,
echó mano de una sarta
de flamantes longanizas.
Al ver esto sus vecinos,
del señor Rico decía
que era tan rico que “ataba
los perros con longanizas”.
Juan Mellado Hernández





LOS CONTRAS DE LA LENGUA
 CASTELLANA

Con este rimado tono,
pongo una seria demanda
a las maneras y modos
de los contras clamorosos
de mi Lengua Castellana.

Buscando tres pies al gato
pretendí arreglar, en verso,
los muchos desaguisados
que hallé en su vocabulario
mas… se quedó en un proyecto.
Un proyectil y un proyecto
no se parecen en nada,
pues un proyecto es un plan,
una intención o un programa,
y un pequeño proyectil
resulta que es una bala,
si ésta es de escaso tamaño
balín es denominada
mas si es de gran dimensión
por balón no es designada,
que es una pelota grande
para pegarle patadas;
lógico es que pelotón
se le llamase o llamara,
per no, que así decimos
aunque no sé por qué causa,
a un puñado de soldados
a los que un sargento manda.
Éstos, en un cuartel viven
mientras sirven a la Patria.
Cuartel no viene de cuarto,
aunque mida muchas cuartas
tiene que ver más con quinto,
que es un joven que entra en caja,
es cuando a filas a un mozo
el ejército reclama.
Ahora que hablamos de fila…
si ésta fuera prolongada,
filón llamarse podría,
designación nada extraña,
pero no, porque un filón
es inorgánica masa
que atesorada en las minas
tenaz e indómita se halla.
A una mina reducida
podemos relacionarla
por lógica, con minina,
mas resultaría una gata
que como todo felino
araña sin ser araña.

Aunque la araña no arañe
va tejiendo telarañas
donde atrapa los mosquitos
que prestos caen en su trampa.
Un mosquito es un insecto
que siempre a traición ataca,
en un santiamén te pica 
y en un santiamén se escapa.




Se le dice picotazo
al acto de esta alimaña,
que a mi me parece erróneo
y denominación falsa;
picotazo, sería correcto
que la lógica lo canta,
pues se dice picazón
al daño de una picada
y nunca picotazón…
tan descomunal palabra.
Juan Mellado Hernández






3 comentarios:

  1. Juan Mellado y su fina ironía , alegra el alma leerte . Se aprende mucho de los que saben , un poco tarde para mí ,pero no he perdido las ganas de entender lo que leo . Me ha gustado mucho . un abrazo . Dorita.

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  2. Juan Mellado he vuelto a dar un repaso a la Revista y tus poesías me han parecido ---oro de muchos kilates--- , ¡qué imaginación ! sarcástico sin herir , las más de las veces haces sonreír pero ojo chaval , en algún momento ere´s un pícaro , pero genial . Dorita

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  3. ¿ porque , si se puede saber , no hay comentarios de los compañeros ? Juan te felicito porque ayer celebraste tu santo , -eres diverso en tus temas- ¡ Quién tuviera tu imaginación !

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