TIERRA A LA TIERRA

Vamos para no volver.
Andamos bordeando siempre
en equilibrios sin fe,

a la confianza y la duda.

En una mano la paz
y batallando la otra,

sobre una cuerda tan floja
que la pértiga descamina.

Vamos para nunca volver
por sendas en flor y espinas,
llevando tras la retina

lo visual y lo escondido.

En la razón lo confiado

y entre lo cierto lo ambiguo,
y en el saber aprendido
igual desconcierto que otros.

En el amor la esperanza

la fiebre, la pasión, la gloria
y en la carne la nostalgia
por el regazo perdido.

De madre, a saberlo ser,
de mujer a estar al tanto.
Tener sabores de miel
fortaleza de peñasco.

Semejarse a la inocencia

que es ciencia de cultura rancia,
y reconocerse en la tierra,

que nos libertó un buen rato.

Elena Pini