LA SOMBRA DE LA MENTIRA

Esa sombra incansable me persigue.
Vivo, sin vivir, presa en la incordura
por la sombra voraz de la mentira.

Tú sembraste esa planta en nuestro huerto 

y ella trepa enredando nuestra paz.

Quiero amarte y mis besos vacilantes
se amontonan y mueren en mis labios.

Y en mi voz, al hablarte se diluye
ese matiz de entera confianza,

que es pedestal donde el amor se yergue.

No sé vivir sumida en la inquietud.
Quiero bucear el fondo de esos lagos
que azulean inquietos en tu rostro.

Allí quiero atrapar la sombra intrusa
que impide, con su bruma, nuestro goce.

Descorcharé ese frasco precintado
que comprime la esencia tan preciada
y es bálsamo de heridas incurables.

Y dejaré a su aroma que se expanda,

que abarque y purifique nuestro espacio.

Que nos bañe fundidos, ya sin sombra,
en la cumbre por fin.

De la verdad. 

 

Felisa Paz (Poeta por la paz) Sabadell 

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LA CURIOSIDAD

DA MALOS RATOS

Por atrevida y curiosa

La acaricié sin pensar.

Que siendo tan olorosa,

Me pudiera lastimar. 

 

iQué me podía pasar

Solo quise acariciar!

Siendo rosada y hermosa

Tan dulce tan primoros.

 

No reparé en las espinas

Que me pudieran dañar.

íQué me podía pasar

Solo quise acariciar! 

 

Si su perfume nos llama
Creo que la rosa es coqueta
y fue por ser caprichosa,
Que me hizo daño la rosa. 

 

¡Oué me podía pasar

Solo quise acariciar!

Clavándome sus espinas,

Queriéndome lastima.

 

Sin pensar en el amor,

Que le quería demostrar.

íOué me podía pasar

Solo quise acariciar! 

 

También se quedó prendida

Una linda mariposa,

Que con su inquieto volar

La rosa quiso besar. 

 

íOué me podía pasar

Solo quise acariciar!

Siendo su color de grana

Siendo ella la mas hermosa. 

 

Si la cortas de su tallo,

Al momento se desoja.

¡Qué me podía pasar,

Solo quise acariciar!

PAQUITA MARÍN 

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LA PRISA

¡Deprisa, deprisa!

Pasan los días, meses y años,

y otra primavera de nuevo ha llegado.

Atrás se queda el largo invierno,

con su fría escarcha y blanco manto,

sus primeros colores,

dando paso al verano.

¡Deprisa, deprisa!

Que no llegamos,

a esa meta soñada,

que vamos buscando.

¡Deprisa, deprisa!

Y siempre anhelando,

lo que no tenemos

y que no encontramos.

¡Deprisa, deprisa!

Cuando caminamos,

sin saber siquiera,

hacia dónde vamos.

No hay por qué correr,

¡vayamos despacio!

Porque con la prisa,

el tiempo acortamos.

La impaciencia y la prisa,

nos estresan los días,

y no saboreamos

la esencia de la vida.

Y vuelan los días,

los meses, los años,

llegando al lugar,

donde al fin terminamos.

La prisa a nada conduce,

si no es por necesidad

y si despacio caminas,

aunque tarde, llegarás.

Porque la vida es tan breve,

que tenemos que tomarla,

a sorbitos muy pequeños,

y buena dosis de calma.

Moraleja:

No por mucho madrugar,

amanece más temprano.

Maruja Murcia, abril 2017